La inflación es un fenómeno económico que se define como el aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios en una economía durante un período de tiempo determinado.
Causas de la inflación:
Existen diversas causas que pueden desencadenar la inflación, entre las
más comunes se encuentran:
- Aumento de la
demanda agregada: Cuando la demanda de bienes y servicios
supera la capacidad de producción de la economía, se genera un exceso de
demanda que puede presionar al alza los precios.
- Aumento de los
costos de producción: Si los costos de producción de las empresas,
como los salarios, las materias primas o la energía, aumentan, las
empresas pueden trasladar estos mayores costos a los precios de sus
productos.
- Inflación por
expectativas: Si los agentes
económicos (empresas, trabajadores, consumidores) esperan que los precios
sigan subiendo en el futuro, pueden ajustar sus decisiones en
consecuencia, lo que puede contribuir a la persistencia de la inflación.
- Aumento de la
oferta monetaria: Si la cantidad de dinero en circulación en la
economía aumenta de forma excesiva, puede haber un exceso de liquidez que
impulse la demanda y, por lo tanto, los precios.
Gráfico de la Inflación en EEUU Fuente: https://truflation.com/marketplace/truflation-us-aggregated. Es importante recordar que la inflación es un fenómeno de tipo acumulativo, ya que una vez que los precios de bienes y servicios suben no vuelven a bajar, esto significa que la inflación, por muy baja que sea a nivel mensual o anual es completa y absolutamente negativa para la economía.
Efectos de la inflación:
La inflación puede tener diversos efectos negativos en la economía,
entre ellos:
- Pérdida de poder
adquisitivo: La inflación
reduce el poder adquisitivo de los consumidores, ya que con la misma
cantidad de dinero pueden comprar menos bienes y servicios.
- Incertidumbre
económica: La inflación puede
generar incertidumbre en los agentes económicos, lo que puede afectar
negativamente las decisiones de inversión y consumo.
- Distorsión de
precios relativos: La inflación puede distorsionar los precios
relativos de los bienes y servicios, lo que puede llevar a decisiones
ineficientes en la asignación de recursos.
- Redistribución de
la riqueza: La inflación
puede redistribuir la riqueza de los acreedores a los deudores, ya que el
valor real de las deudas disminuye con la inflación.
Activos duros e inflación:
Los “Activos Duros” son aquellos bienes tangibles o digitales que se
caracterizan por su durabilidad y su capacidad para mantener o aumentar su
valor con el tiempo, incluso en entornos inflacionarios. Algunos ejemplos de
activos duros son:
- Bienes raíces: Las propiedades inmobiliarias, como
viviendas o terrenos, suelen ser consideradas un activo duro, ya que su
valor tiende a aumentar con el tiempo, especialmente en períodos de
inflación.
- Metales
preciosos: El oro, la plata
y otros metales preciosos son considerados activos refugio en tiempos de
incertidumbre económica, ya que su valor tiende a aumentar cuando la
inflación se acelera.
- Materias primas: Algunas materias primas, como el petróleo, el Bitcoin (1) o los metales industriales, pueden ser consideradas activos duros, ya que su demanda suele ser relativamente estable y su precio puede aumentar en respuesta a la inflación.
La teoría económica sugiere que los activos duros pueden actuar como una
especie de "refugio" en tiempos de inflación. Esto se debe a que su
valor intrínseco no se ve erosionado por la pérdida de poder adquisitivo de la
moneda.
En otras palabras, si la inflación aumenta, el precio de los bienes y
servicios en general sube, pero el valor de los activos duros también tiende a
incrementarse por encima del valor inflacionario acumulado. Esto se debe a que la demanda de estos activos puede aumentar
como una forma de proteger el capital de la devaluación.
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